La tensión militar persiste en la península ucraniana tras anunciar
el Parlamento ruso que apoya la decisión de las autoridades peninsulares de convocar una consulta sobre si Crimea desea ser independiente de Ucrania y reunificarse con Rusia.
A partir de ese momento las demostraciones prorrusas han ganado en intensidad, sobre todo en Sebastopol.
En esta ciudad costera es donde tiene su sede permanente la Flota rusa del Mar Negro. Desde que empezara la crisis, el número de efectivos rusos ha pasado de 11.000 a cerca de 30.000.
Rusia ha desplegado sus tropas en Crimea lo que ha sido condenado por la comunidad internacional, que lo ha calificado de “una violación flagrante de la soberanía de Ucrania”.
Este viernes, un grupo de personas armadas ha vuelto a bloquear la entrada a Crimea a los observadores de la OSCE.
El vehículo en el que viajaban fue obstaculizado a la altura de la localidad de Tschongar, aunque los observadores han asegurado que volverán a intentar entrar en la península más adelante.
Por el momento, la situación es cada vez más tensa. Miles de personas se han manifestado en Moscú para apoyar el reingreso de Crimea en el país, mientras que en Sebastopol empiezan a peparar el referéndum previsto para el 16 de marzo.