Bajo la atenta mirada del presidente Vladimir Putin, las fuerzas armadas rusas han realizado un ejercicio en la región de Leningrado, en el oeste de Rusia. La exhibición ha contado con carros blindados, vehículos lanzacohetes y helicópteros de combate.
Además, el Kremlin ha insistido nuevamente en que su despliegue tiene como fin únicamente garantizar la seguridad de los ciudadanos rusos en territorio ucraniano. Lo ha hecho a través su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, quien ha participado en Ginebra en una reunión del Consejo de los Derechos Humanos de la ONU.
“Repito que es una cuestión de defender a nuestros ciudadanos y compatriotas, de defender el derecho más importante, el derecho a la vida. Aquellos que interpretan la situación como un acto de agresión y nos amenazan con sanciones o boicots, son los mismos que constantemente han animado a las fuerzas políticas cercanas a sus postulados a rechazar el diálogo y a ignorar las preocupaciones de las regiones del este y el sur de Ucrania, lo que ha polarizado a la sociedad ucraniana”, dijo Lavrov.
El ministro ha trasladado además su postura personalmente al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien horas antes había solicitado a Rusia que rebaje la tensión en Crimea.