El Ejército está preparando y repartiendo sacos de arena para evitar que la crecida del río Támesis siga anegando campos y localidades del sur de Inglaterra.
Las intensas lluvias unidas a vientos que superan los 130 kilómetros por hora han dejado sin luz a unos 85.000 hogares.
El primer ministro británico, David Cameron, ha dicho en su visita a una de las zonas afectadas que el trabajo que se haga en las próximas 24 horas será vital.
El temporal ya se ha cobrado la vida de tres personas, las últimas dos murieron el viernes. Una de ellas era una taxista de Londres que falleció al derrumbarse parte de un edificio sobre su coche.
Los servicios meteorológicos anunciaron que las tormentas amainarían el fin de semana pero la Agencia Británica Ambiental advierte de que las lluvias continuarán al menos una semana más.