Las comunicaciones electrónicas estarán desde ahora más controladas por el Estado turco. Una ley aprobada el miércoles dota a la Dirección de Cominicaciones de poderes para recabar y guardar datos de los servidores de Internet e, incluso, para cerrar páginas web sin intervención judicial. Una legislación considerada como de “censura” por la oposición y defendida por el Gobierno que dice querer proteger la privacidad. Contenidos considerados como insultantes o discriminatorios pueden llevar al cierre de un medio electrónico.

“La gente no puede hacer el comentario que quiera. La libertad tiene que tener límites”, dice un habitante de Estambul. “La gente es capaz de decir por Internet lo que no diría en persona. Pero eso ya no es posible. Esa libertad se ha terminado”. “Daña la reputación de Turquía”, opina otro, “si miramos desde una perspectiva internacional. Turquía se ha vuelto un país más opresivo, las libertades en Turquía están siendo recortadas”.

El Ejecutivo de Erdogan se encuentra en extrema debilidad por los casos de corrupción. Los periodistas turcos denuncian que esto es un ataque a la libertad de expresión en un momento en que cualquier información puede poner al Gobierno en el abismo.