Se llamaba Vibia Perpetua, era una joven mujer de 22 años de la ciudad de Cartago (África), y pertenecía a una familia rica y muy estimada por toda la población. En el año 202 el emperador Severo mandó matar a los que siguieran siendo cristianos y se negaran a adorar a los dioses “romanos”. Perpetua estaba celebrando una reunión religiosa en su casa cuando llegó la policía del emperador y la llevó prisionera, junto con su esclava Felicidad y los esclavos Revocato, Saturnino y Segundo. Mientras estaba en prisión, por petición de sus compañeros, fue escribiendo el diario de todo lo que le iba sucediendo. Este diario completado con la narración del martirio de Perpetua, recibió el título de La Pasión de Perpetua y será inmensamente estimado en la antigüedad, y San Agustín dice que se leía en las iglesias con gran provecho para los oyentes. Aún hoy este documento tiene una importancia excepcional porque nos describe hechos, costumbres y sentimientos de una época, vistos por una mujer.