Después de dos años y medio de largo letargo, Rosetta se ha despertado.
La alegría ha invadido el centro de operaciones de la Agencia Espacial Europea tras las primeras señales de vida enviadas por la nave desde el espacio.
Tras dos años y medio de hibernación planificada en el cosmos, la sonda está preparada para completar la misión para la que fue diseñada: explorar por primera vez un cometa.
Rosetta empezará a enviar sus primeras imágenes en mayo para conocer la estructura de unos cuerpos que según los científicos conservan información esencial sobre el origen de nuestro Sistema Solar.