Mario Draghi reconoce los riesgos de deflación en la eurozona, aunque decide mantener el tipo de interés al 0,25 por ciento tras la reunión mensual del Banco Central Europeo. El presidente del organismo declaró, después de la reunión en Fráncfort, que han empeorado las expectativas de inflación a medio plazo sin que se pueda hablar aun de un escenario de deflación. En diciembre, la inflación bajó al 0,8 por ciento.

“La recuperación está aquí, pero es débil y modesta”, reconoció Draghi. “Como ya he dicho muchas veces es frágil. Quiero decir que hay varios riesgos: desde los financieros y económicos a los geopolíticos y políticos. Lo que podría minar fácilmente la recuperación”.

Por este mismo motivo, el presidente del BCE no se atrevió a hablar de victoria viendo que los intereses de los bonos a diez años de los países periféricos de la eurozona han descendido sustancialmente en los últimos días.

“La confianza está volviendo gradualmente”, añadió Draghi. “Esto se debe ciertamente a la acción del BCE. Pero también, con igual importancia, a la acción de los Gobiernos. Por un lado, por la consolidación fiscal llevada a cabo. Y, por otro, porque algunos países que ahora vemos que están sacando grandes beneficios han emprendido las reformas estructurales necesarias”.

Uno de los casos más sintomáticos de esta mejora del mercadyo de la deuda es España. En una subasta este jueves del Tesoro, el Estado pagó por los bonos a cinco años el menor interés desde la puesta en circulación del euro el año 2002: un 2,4 por ciento. En el mercado secundario, los bonos a diez años se abonan en torno a un 3,7 por ciento. Es el interés más bajo desde el año 2006, antes de que estallara la crisis financiera.

Tanto en el caso español como en el italiano o portugués, además, la diferencia de estos intereses respecto a los alemanes también se está reduciendo de forma importante. Desde el lunes pasado, las primas de riesgo española e italiana están por debajo de los doscientos puntos.