Unas 25.000 personas en París y 50.000 en toda Francia han marchado en contra de la llamada “deriva racista”. Uno de sus ejemplos más significativos son los insultos proferidos recientemente contra la ministra de Justicia, la única persona de raza negra del Gobierno galo, y responsable de la polémica ley que autoriza los matrimonios entre personas del mismo sexo.

“Hay un discurso racista sin inhibiciones que se ha extendido, que se ha trivializado en las últimas semanas. Hemos escuchado cosas que no se pueden tolerar. Hemos visto portadas de periódicos de extrema derecha comparando a la ministra de Justicia, Christiane Taubira, con un mono, hemos visto a esos niños manipulados agitando plátanos a su paso”, declaraba Harlem Désir, líder del Partido Socialista.

Esta jornada contra el racismo en Francia fue convocada por un centenar de asociaciones humanitarias y confederaciones sindicales.

“Creo que el racismo en Francia está ahí desde hace tiempo. Los discursos se han liberado. Y yo, tengo ganas de que retomemos un poco el espacio público para decir que existimos frente a este tipo de ideología, que hoy se permite hablar, expresarse”, decía una manifestante.

Según la Liga Internacional contra el Racismo y el Antisemitismo, en 2012, siete de cada diez franceses consideraban que había demasiados inmigrantes. Además, entre 2011 y 2012, el racismo antimusulmán avanzó un 30% y el antisemitismo un 58%.