Por todo el país los transportistas protestan contra un impuesto que afecta a unos 800.000 camiones de más de 3,5 toneladas. La idea, que partió del ejecutivo del expresidente Sarkozy, fue retomada por Hollande, que tuvo que dar marcha atrás ante la contestación social y suspenderla hasta enero de 2015, en que tendría que empezar a cobrarse.

“Suspender la tasa no significa nada porque las sociedades encargadas de cobrarla continúan contactando a los transportistas para que la abonen”, decía uno de los camioneros implicados en la protesta. “Tenemos demasiadas cargas sociales en Francia, demasiados impuestos, un impuesto más es un impuesto de más”, aseguraba otro.

La protesta es similar a la que se convocó el 16 de noviembre y que, según los sindicatos, congregó a 3.000 camiones. En esta ocasión la central sindical asegura que han sido 4.500 los participantes.

A través de “operaciones caracol” han ralentizado el tráfico de lugares tan dispares como la periferia de París, Burdeos o la