Turquía e Irán han pedido al unísono que las armas callen en Siria para dar una oportunidad a la conferencia de paz de Ginebra 2, prevista para el próximo 22 de enero. El llamamiento lo hicieron los ministros de Exteriores de ambos países, que ocupan posiciones opuestas en el tablero diplomático de este conflicto, al término de la reunión que mantuvieron ayer en Teherán. El jefe de la diplomacia iraní, Mohamed Yawad Zarif, insistía ante la prensa en que es necesario que todas las partes hagan “el máximo esfuerzo posible para alcanzar una alto el fuego antes de la celebración de la conferencia.
El entendimiento entre turcos e iraníes contrasta con el inmobilismo del régimen y de los rebeldes. Ambos se dicen dispuestos a acudir a Ginebra, pero con condiciones.
El líder de la oposición siria, Ahmad Jarba, ha dicho que “si Irán quiere estar presente en las negociaciones, primero debe retirar a sus tropas, a las de Hezbolá y a los combatientes extremistas iraquíes. Solo entonces podrán ir a Ginebra 2”
El Gobierno sirio insiste en que está dispuesto a hablar de lo que haga falta menos de una hipotética salida del poder de Bachar al Asad. La oposición replica que el único sentido de las conversaciones es discutir sobre el traspaso del poder a un gobierno transitorio… un diálogo de sordos continuamente interrumpido por el ruido de las armas.