El de Siria es ya desde hace años uno de los conflcitos más despiados de la historia moderna. Pero, cada día, los diferentes actores del enfrentamiento parecen esforzarse, un poco más, para alcanzar mayores niveles de inhumanidad. El centro de investigación política londinense, Oxford Research Group, acaba de publicar un informe en el que cifra en 11.000 los niños muertos en el conflicto.
La mayor parte murieron en bombardeos aéreos o de artillería lanzados por el régimen. Pero lo peor es lo que sigue: cientos de menores han sido ejecutados de manera sumaria, otros tantos torturados o víctimas del fuego deliberado de francotiradores.
Mientras, sobre el terreno la guerra continúa. Los combates en la periferia este de Damasco habrían dejado 160 bajas en las últimas 48 horas. Los rebeldes intentan romper el bloqueo impuesto por las fuerzas gubernamentales en esa zona, donde escasean los alimentos y los medicamentos.