La cantante Rihanna nos tiene acostumbrados últimamente a los escándalos. Una habitación en su mansión sólo para sus juegos sexuales, la expulsión de una mezquita o sus fotos subidas de tono son la tónica habitual de la cantante. Pero en esta ocasión ha querido mostrar su lado más familiar en el cumpleaños de su abuelo Bravo.