Es la segunda vez que esta semana varias milicias miden sus fuerzas en plena ciudad.
Los peores combates en meses, con al menos una víctima mortal y doce heridos.
Granadas y artillería antiaérea iluminan el cielo de Trípoli.
Según las fuerzas de seguridad, un grupo fuertemente armado proveniente de Misrata, 200 km al este de la capital, se ha adentrado en el este de Trípoli, en el barrio de Suq al-Juma, para vengar la muerte el martes de uno de sus líderes en otro tiroteo.
“No hay Ejército que proteja a la gente de la calle, las balas llegan a nuestros edificios y casas, esto no parece Libia, sino Somalia. Mira,ya han empezado otra vez, lo vivimos en primera persona, porque no hay un Ejército que proteja a la gente”, comenta un vecino desde el portal de su casa.
Pese a los esfuerzos del primer ministro Ali Zeidan de integrar en las fuerzas de seguridad a las antiguas milicias que apoyaban al derrocado dictador Muamar el Gadafi, el país sigue inundado de armas y los líderes tribales continúan teniendo poder. Sobre todo fuera de la capital.