Durante dos días, Teherán y las seis grandes potencias del mundo tratarán de alcanzar un acuerdo que ponga fin a una década de confrontación en esta materia. La expectación es máxima.
Las complejas conversaciones se están llevando a cabo tanto a nivel bilateral como plenario. Occidente quiere pruebas concretas de que su controvertido programa atómico tiene fines pacíficos. Irán, a cambio, espera que se levanten las sanciones que asfixan a su país.
Michael Mann, portavoz de la jefa de la diplomacia europea, explica que “en comparación con las negociaciones llevadas a cabo con el anterior Gobierno iraní, la atmósfera es diferente. Diría que de cauto optimismo. Al final de la jornada, el primer paso debe venir de la parte iraní, son ellos los que están vulnerando sus obligaciones internacionales. Son ellos los que tienen que dar ese paso para demostrarnos que tienen buenas intenciones”.
Teherán, a través de su viceministro de Exteriores, ha dejado claro, sin embargo, que los pasos deben venir de ambas partes a la vez.
Israel ha reiterado su oposición al posible acuerdo con Irán. En su opinión se trataría de un error de proporciones históricas.
Fariba Mavadat, euronews: “Pese a la complejidad de las negociaciones, el ambiente de optimismo establecido entre las partes en las tres últimas semanas de contactos, hace probable la esperanza de que se llegue a un acuerdo concreto”.