Gonzalo y Margarita son elegidos los padrinos de una boda. Los novios, Carmen y Arturo, les han pedido a Margarita y Gonzalo que sean los padrinos. Cipri y Catalina también van juntos. La boda se celebra en el campo. Los niños se han quedado en la villa. El escenario no puede ser más ideal. Todos están guapísimos y nuestro héroe no deja de mirar embobado a Margarita. ¿El 'sí quiero' de sus amigos no podría ser el suyo? ¿Se lo están imaginando? Por la forma de mirarse... puede que sí. Las palabras amorosas del cura alientan a ello.
El amor es paciente,
es servicial.
El amor no es envidioso,
no hace alarde,
no se embanece.
No procede con bajeza,
no busca sus propios intereses.
No se irrita,
no tiene en cuenta el mal recibido,
no se alegra de la injusticia,
sino que se regocija con la verdad.
El amor todo lo disculpa,
todo lo cree,
todo lo espera,
todo lo soporta.
Capítulo 61, temporada 5. Cortesía de RTVE.
Si después de esto, los cuñados (menudas miradas, por dios) no acaban casados y comiendo perdices al culminar la serie es para tirarse de los pelos y quedarse calva.