El comercio del automóvil vive una crisis de facturación en Europa. La presión es enorme y afecta también al precio de los carros de segunda mano. Las unidades adquiridas tienen que venderse rápidamente, ya que su valor disminuye cada semana. Esta situación es aprovechada por la casa de subastas de vehículos BCA, el mayor comerciante de automóviles de segunda mano de Europa.