A la zona sacudida por el terremoto de este lunes en China han llegado miles de soldados, bomberos y socorristas que trabajan sin descanso para tratar de encontrar supervivientes. Muchas casas han quedado sepultadas bajo tierra y fango. Por el momento la cifra de muertos ronda los 90 y unos 600 heridos graves, pero se teme que aumente a medida que avancen los equipos de rescate.
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